El arte del tueste en Cafés Gladiador
Descubre el viaje de los granos a tu taza
Desde su recolección, el café, según sus características y cualidades, pasa por numerosos procesos hasta llegar a nuestras instalaciones. Una vez aquí, somos responsables de todo el procedimiento que conlleva su tueste.
Tostar café es un arte y como tal, uno de los caminos indispensables para dominarlo es la práctica.
La principal razón por la que el tueste es un proceso delicado se debe a que cada lote de granos de café verde es diferente a todos los demás.
El proceso de tueste es un acto de equilibrio entre el estado de los granos y la temperatura, la cual puede oscilar entre los 200 y 240ºC. Así, los granos pasan por todo un proceso en el que retienen calor y aumentan su tamaño casi un tercio más del que tenían en verde. A su vez, adquieren primero un color amarillento, seguido de un tono dorado con matices marrones.
Durante el tostado, los granos experimentan cambios químicos que afectan al color, aroma y sabor del café. Según las características que se pretenda destacar, variará el nivel de tostado, diferenciando entre un tueste “ligero”, “medio” e “intenso”. Con un tueste ligero conseguimos un café cuyo sabor es más ácido, con notas más afrutadas y cítricas. En cuanto al cuerpo, suele tener una textura similar al té.
Un tueste medio consigue un equilibrio entre acidez y amargor, con matices achocolatados. La textura de este café presenta una sensación en boca más sustancial. En cambio, un tueste intenso u oscuro, tiene un sabor mucho más pronunciado con notas de chocolate oscuro y caramelo. Su acidez es más baja en comparación con los tuestes ligeros. Es más pesado de cuerpo y los aceites que tiende a producir durante su tueste más prolongado, crea una textura en boca mucho más intensa.
Por lo tanto, el tueste permite disfrutar y apreciar distintos matices del café, desde toques afrutados hasta achocolatados mucho más potentes.
En Cafés Gladiador trabajamos con cafés arábicas y robustas, cuyas diferencias merece la pena conocer para aprovechar y disfrutar sus valiosas características:
Café Arábica
- Conocido por su amplia gama de sabores suaves que pueden incluir notas florales y afrutadas junto con un toque ácido. Así pues, se considera más delicado y menos amargo que los cafés robustas.
- Menor cantidad de cafeína, por lo que suele ser la elección preferida para todas aquellas personas que buscan cafés moderados en cuanto a este antioxidante.
- Acidez pronunciada, contribuyendo con su sabor más vivo.
- Los cultivos de café arábica se sitúan en altitudes elevadas y en climas frescos, dando lugar a granos alargados y ovalados.
Café Robusta
- Estos granos poseen un sabor más fuerte y mayor amargor que el café arábica. Predominan las notas de nueces y chocolate.
- Mayor cantidad de cafeína, por lo que poseen una mejor capacidad para resistir plagas y enfermedades en el lugar de cultivo.
- Menor acidez que los cafés arábicas.
- Los arbustos de café robusta son más resistentes y pueden crecer en diversas condiciones climáticas en altitudes más bajas.
- La forma de los granos es más redonda en comparación con los de café arábica.